lunes, 10 de octubre de 2011

Acto III. Camino a la Fragilidad (Humana)


Cerré mis ojos y un fogonazo cálido distorsionó nuestra imagen...

La luz del alba comenzó a entrar por las rotas ventanas de la casa chocando directamente contra nuestros rostros, de pronto una hábil mano bordeó mi cintura y apretando con fuerza exhaló su cálido aliento en mi nuca. Me volví y ellos seguían allí tan brillantes como ayer, tan risueños como los de un bebé...

Sonreí y me sonrojé...

Me levanté, salí de la casa y me posé bajo la sombra de un roble que había tras la casa, el corazón volvía a acelerarse, estaba muy nervioso... muy avergonzado.

Llegaron por detrás y me cubrieron los ojos, intenté no moverme, pero estaba atacado.
Sutilmente los labios de esa persona besaron mi mejilla izquierda... no tenía dudas, era él nuevamente...
Sonreímos por el resto del día, no había nada que pudiese estropear ese momento.

Aunque, por mucho que lo evitase... 
sabía porque era así,
aquí.

(Me dí la vuelta sonriendo) ¡Vamos a la feria medieval!
(Se sorprendió) ¿Y eso?...
(Cogí suavemente su mano) Hay algo que quiero ver.

No opuso resistencia y se dejó llevar por el momento ]

Llegamos y anduvimos largo y tendido por las calles hablando y comentado cada cosa que veíamos, parecíamos... dos amigos. Nuestras miradas se cruzaron cómplices, como si no hubiese nadie, a medida que nuestros rostros se precipitaban nuestros corazones latían más apresurados, pero... se detuvo, a medio camino, se sonrojó y miró hacia el lado opuesto a mi. Mi sonrisa se convirtió en una entreabierta cavidad, la verdad es que, lo entendía...

Continuamos por la calle central, la más amplia, ya el sol entraba en ocaso, el paisaje se teñía de un color otoñal, la hojas comenzaron a caerse y me paré de golpe, mirando el horizonte.

         [ Aquella puesta de sol es lo quería ver... junto a él ]

(Se sobresaltó) ¿Qué te ocurre?
(En silencio empecé a contemplar el suelo con cara de preocupación y me agaché) ¡Mira! Es un hormiguero enorme y lo iba a pisar.

(Sonrió discretamente) ...
(Me sonrojé) ¡Eh! no te rías de mi...
(Él continuo riendo) ...
(Me sentí estúpido... y vi que tenía un cordón desatado) ¡Eh! espera un momento.
(La sonrisa comenzó a desaparecer de su cara) ¿Pero qué haces? ven aquí.

Cogió mi brazo y me levantó tan ligero como si de una nube me tratase...

(Tartamudeé) Mmm... ¿te importaría soltarme?
(Clavó sus ojos en los míos con una seriedad abrumadora) No quiero... si lo hago podría perderte.
(Enmudecí) ... ¿Qué quieres decir?

Nuevamente comenzó a aproximarse, su rostro, cada vez más cercano a mío, podía sentir su respiración en mis pómulos... no entendía que es lo que pretendía...

La gente miraba
...Nos convertimos poco a poco en el centro de todas las miradas...

Yo no quería incomodarlo, pero él insistió y yo no pude negarme.

Juntaronse nuestros labios como si no hubiese un mañana.
Cerró sus ojos.
Cerré los míos.

Nos hicimos uno frente a la multitud, la gente observaba la escena, huía y comentaba, pero
no le importaba...
 no me importaba... 


 Lágrimas se vinieron a mis ojos mientras sus labios recorrían cada rincón de mi boca.

(Abrió sus ojos y sonrió) Estoy... dónde debo estar...
¡Por fin te encontré!...
...
... (¡Por fin le encontré!) ...

Nos miramos, me bordeó por la cintura, con mis manos acaricié su barbilla y en el último cruce de miradas, nuestras bocas nuevamente sucumbieron ante el frenesí .


El sol brilló con intensidad, la luz del ocaso cegó nuestra silueta y....




Desperté de mi sueño.

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