martes, 13 de septiembre de 2011

Le Cœur de la Mer



Solo se oyen las manecillas del reloj, el cielo entra en ocaso, ya se pierde su luz y yo continúo leyendo aquella carta...
Veinte años pasaron mi amor, y yo sigo esperando bajo la sombra del mismo árbol suspirando tu nombre y preguntándome cuándo volverás, y contigo mi corazón...

Fuiste tú el primero en enseñarme a amar, fuiste tú el primero en abrirme los ojos a la verdad, pero aquel día no estabas allí, tan solo una carta que ahogué entre mis lágrimas.
Desde entonces no pude volver a alzar la vista al cielo, no pude pensar en nadie más que no fueras tú, pues te llevaste mi corazón cruzando el mar.

Esta noche dormiré bajo el abrazo de las estrellas soñando con volverte a ver.

~ En la roca del mar se encuentra tú deseo ~

Grito tu nombre con todo el aliento que aun me queda, corro por la senda hasta llegar al mar, dejando atrás todo lo demás. La roca es sola no hay nadie aguardando en ella, nuevamente me derrumbo pensando que no te volveré a ver... una mano se posa fuertemente sobre mi hombro y oigo esa voz... Mis ojos brillaron como estrellas nacientes, mi corazón volvió a latir con la fuerza de aquellos días, perdí el habla... tus brazos eran el mayor resguardo, las lágrimas se fundían con la agitación del mar. Los besos provenientes de tus labios nunca fueron tan dulces y tus ojos esmeralda penetraban en mi como el fuego que hacía arder mi cuerpo, mi cabello comenzó a danzar al viento como un vendaval eufórico.

- Prométeme que no volverás a marcharte.
- ¡Júrame que siempre estarás a mi lado!

- Siempre he estado dentro de tu corazón.
 Nunca me marcharé... no sin ti.

Abro los ojos, tu nombre está grabado en mi pecho, las lágrimas afloran escondiéndose tímidas en la comisura de mis candentes labios.

Una sonrisa que florece como el crepúsculo del alba y un corazón azul que se funden en la eterna gloria de la mar unidos por toda la eternidad.

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