lunes, 1 de agosto de 2011

Russian Roulette... Dolor, resignación, clímax


Fue cándida y tierna su luz. Creyó haber encontrado a alguien que no la lastimaría, pero pronto las trifulcas se acontecieron, peleas y gritos inconscientes que desembocaron en un tremendo frenesí de odio e ira, llantos y dolor... ardían sus ojos, los cuales maldecían todo recuerdo, destrozando con sus manos cualquier momento físico...

Pobre doncella mírate en lo que te has convertido, tú antes rebosabas alegría, tu sonrisa iluminaba los cielos y sin embargo ahora atraen negras tormentas, ¿Qué te ocurrió muchacha?

Anciano... me dañaron con tal crueldad que mi alma se ha podrido y mi corazón yace ahora en las entrañas del odio. Él que era mi todo remplazó mi amor sincero por una bastarda. Ella es la culpa de todo mi dolor, mi propia sangre... mi vivo reflejo.


Maldijo la vida y la creación sus ojos inyectados en sangre no sabían donde esconder el dolor, ya no es mi niña, no, ya no es ella... Lloró y lloró, su canto sin embargo aunque triste y falto de vida seguía sonando bello y conmovedor, aunque ahora en vez de sonreír descarga sus lágrimas ante el espejo mientras cepilla su largo pelo negro.


. . .


Suenan las campanas, sale una novia, ¿Es ella?, no, ella está a mi lado, pero es idéntica...
( Ella es mi hermana... y me ha robado aquello que mas amé )

Se aproxima la gemela... entró tumbando el portón con su radiante traje y le regaló a la doncella su ramo y le beso la frente. Entré en shock ...

Entró en Shock... las lágrimas inundaban su rostro y caían a un ritmo vertiginoso, la gemela le sonrió y mi niña acariciaba su larga cabellera y miraba por la ventana a aquel que fue su amor... le cantó herida y entre llantos, con el corazón entre las manos y se volvió...

[ Ambas damas cruzaban miradas ]

Un trueno iluminó el valle como un grito ensordecedor...

Cuando abrí mis ojos ambas mujeres yacían en el suelo desangrándose, manchados los ojos de rabia y odio, desesperación y agonía... llegó el novio y allá las encontró moribundas, acercóse a su mujer con los ojos clavados en mi ama, ella... inmóvil en el suelo continuaba cantando entre lágrimas impregnadas de sangre hasta que sus ojos se cansaron de ver la luz. Su voz se perdió en el silencio mientras sostenía con su mano un ramo se rosas blancas manchadas por el dolor y el sufrimiento.

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