lunes, 13 de septiembre de 2010

Acto II: Empirismo



Cándida niña te avisé y no quisiste oír, razonaste rectamente conforme a tus principios y con la cabeza apoyada en tu ingenuo corazón, soy anciano y la experiencia llamó a mi puerta demasiadas veces...

Ahora póstrate ante aquel tesoro que tanto venerabas y vuelve a rogar por ellos una vez mas, cuando como sin importarles nada te han dejado sola y desecha en una camilla recién dada a luz.

¿Dónde?.... ¿Dónde están tu hombre y tu amada familia?, aquí desvalida pobre criatura,... ellos solo codiciaban el legado que tu autentico antecesor tenía depuesto sobre tu futuro vástago...
Sus almas eran corrompidas y tu no te diste cuenta de como tergiversaban sus maliciosas palabras y disfrazaban sus malévolas ánimas...

Pobre de ti hija mía, que no quisiste abrir los ojos a la verdadera luz, cuando que de por loco y longevo me tenían resulte ser mas cuerdo y audaz que tu.



The Breath.

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